Resumen:
La violencia como conducta social es objeto de preocupación en las "sociedades civilizadas" de hoy en día. Sus manifestaciones llenan las páginas de los periódicos y se difunden abundantemente en los medios televisivos. El cine comercial, la publicidad, las llamadas series televisivas de acción, venden la violencia como hechos dignos de imitar, envenenando las mentes de los niños y los adolescentes. El abuso de la fuerza, el dominio de las artes marciales, la constante confrontación entre buenos y malos, ha conducido a imponer la idea de que solamente los más fuertes, los más cínicos, los más desalmados, en fin, los más violentos, tienen en sus manos las posibilidades de conseguir el éxito de sus aviesos propósitos. Desde sus primeros años de consciencia los niños se nutren de armas sofisticadas para jugar a la guerra, para rechazar a los extraterrestres que vienen a hacernos daño, para pelear con todas las técnicas del kung fu, del judo, y de otras escuelas de violencia. Pocos recuerdan el ejemplo de Gandhi, y sus luchas pasivas, su estrategia de la no violencia, para lograr la independencia de la India.