Abstract:
La reacción mundial frente al ataque terrorista en el World Trade Center en Nueva York y al edificio del Pentágono en Washington no se hicieron esperar una vez pasados los primeros momentos de estupor y asombro. La confirmación de que la tragedia era obra del terrorismo internacional apoyado por los grupos terroristas árabes, fomentados y financiados por Osama Bin Laden, y el hecho de que el territorio de los Estados Unidos era objeto de una intencional y planificada acción terrorista, pusieron al mundo en vilo. La magnitud del daño, tan grande como abatir las dos torres que albergaban uno de los centros financieros más grandes del mundo, en el pleno corazón de Manhattan, era difícil de dimensionar.