Resumen:
En América Latina y específicamente en El Salvador el conjunto de transformaciones políticas, económicas, sociales y demográficas de la década 1980 - 1990 y sus consecuencias posteriores, han repercutido negativamente en el nivel de salud de la población de menos ingresos económicos que han tenido mayores limitantes para acceder a servicios sociales. En estas condiciones, aun cuando pueda haber una -aparente mejoría- de algunos indicadores promedio (en parte debido a los limitantes del subregistro de hechos virales y a los deficientes sistemas de información), la salud de la población pobre se ha deteriorado más que la de otros grupos, teniendo que hacer frente a una estructura epidemiológica que favorece la ocurrencia brusca y significativa de enfermedades que estaban controladas (cólera, malaria, tuberculosis), o que se desconocían (SIDA). Esta situación determina una de las características más sobresaliente en sentido negativo del sistema de salud: la insatisfacción por la desigualdad y/o falta de equidad del modelo de salud.