Abstract:
La organización de los grupos de delincuentes es lo suficientemente eficiente como para haberse convenido en un flagelo que se vuelve imposible de controlar y mucho menos de erradicar. La sociedad civil es víctima de estos malhechores, que muchas veces atentan contra importantes empresarios. A la sombra de estas organizaciones también proliferan delincuentes de menor calaña pero igualmente dañinos para los ciudadanos, como son los miembros de las maras, los asaltantes de autobuses, los ladrones en las calles de los centros urbanos y mucha más diversidad de delincuentes. Hasta aquí las acciones de los criminales, organizados o no, parecen incrementarse pese a las declaraciones de algunas autoridades que aseguran, conforme a sus cifras estadísticas, que los casos de secuestros y violencia delincuencia han disminuido. La percepción de la población es todo lo contrario, y en el caso específico de los secuestros han aumentado, muchos de ellos no son reportados oficialmente a las autoridades en un intento de proteger la personalidad física del plagiado. En definitiva, la criminalidad organizada, la violencia y los secuestros son innegables factores de inestabilidad ciudadana, que afectan el desarrollo de las actividades de la población en un clima de tranquilidad y seguridad. Por tal razón los empresarios privados han cuestionado permanente a las autoridades sobre este punto y han contratado abogados especialistas para que sirvan de acusadores en sonados casos de secuestros.
