Resumen:
Las áreas en las que las universidades podrían jugar un papel político y social, desde sus quehaceres académicos, son las siguientes: Promotor y defensor del cambio social, económico y político. Fiscalizador y crítico al sistema político. Difusor de respeto y defensa del Estado de Derecho. Propulsor de una sociedad moderna. Agente prepositivo de alternativas viables para la sociedad. La universidad como parte sustantiva de la sociedad no puede sustraerse a la dinámica que experimenta ésta, ni mucho menos ser ajena a los derroteros que marcan la dirección correcta de las mutaciones necesarias e inevitables, so pena de divorciarse de los intereses societales y de cumplir una función vital para su desarrollo.