Resumen:
La gobernabilidad es una categoría de reciente cuño que comenzó a ser empleada de forma usual en el lenguaje político latinoamericano a partir de los problemas surgidos durante la década de los 60 al interior de nuestras incipientes democracias y que provocaron un pesimismo generalizado entre los investigadores de las distintas ciencias sociales, generando además un ambiente de preocupación dentro de diversos actores externos e internos. Tal es el caso del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo; ambas fueron quienes en definitiva impulsaron el interés sobre la discusión apoyando financieramente las investigaciones acerca del estado de la gobernabilidad en el mundo occidental, dando paso con ello a una profusa cantidad de estudios entre los que sobresale el elaborado en 1975 por la denominada comisión trilateral, instituida con el fin de estudiar el estado de las democracias en los países desarrollados, informe presentado bajo el título: “Crisis de la democracia. Reporte sobre la gobernabilidad de las democracias". Desde entonces y hasta nuestros días es común leer o escuchar a diario en los distintos medios de difusión masiva a políticos y politiqueros salvadoreños, así como de otras latitudes, emplear constantemente esa categoría, la mayoría de las veces sin tener claridad a qué hacen referencia; a pesar de ello, todos han expresado sus consideraciones sobre lo que se requiere para lograr impulsar la gobernabilidad, pero de nuevo con una visión que demuestra que muy pocos saben de la complejidad del tema, por tanto, al participar en la formulación del diagnóstico para enrumbar a nuestros países por el camino del Estado de Derecho y la Democracia parten de premisas equivocadas o parciales con el consecuente efecto de dictar recetas inapropiadas. Por otra parte, las transformaciones políticas que irrumpieron en algunos países del viejo continente con el paso de gobiernos autoritarios hacia la construcción de sociedades más abiertas y participativas políticamente, fueron llegando poco apoco al continente americano en general y a nuestros países centroamericanos en particular; en lo que a El Salvador se refiere, a esa nueva dinámica sociopolítica externa se sumaron los problemas de la guerra interna, la imperiosa necesidad de encontrar una solución negociada a la confrontación militar y las transformaciones económicas neoliberales, convirtiendo en discusión obligada las categorías "estado de derecho" y "gobernabilidad" como temas de estudio para responder a las interrogantes y a los retos que plateaba la nueva coyuntura, en especial lo referido a la forma de organizarse con el fin de establecer condiciones que permitieran recomponer el camino hacia la democratización del país, proceso reiniciado en la década de los años cincuenta con los cambios estructurales formalmente expresados en el nuevo orden jurídico fundamental y el surgimiento del Estado de bienestar, luego de un largo periodo de dictadura militar.