Resumen:
Es un hecho evidente que los dos últimos siglos han transformado el mundo y cambiado sustancialmente el pensamiento y el conocimiento humano. En el campo de los principios y de los valores, la centuria decimonónica consolidó la aspiración del hombre a gozar de plena libertad, sin afectar la de otros, y así, con fundamento en la norma de la libre determinación de los pueblos, todavía en estado embrionario, inspiró el logro de la independencia de nuevos Estados, que ampliaron la comunidad de naciones, proceso que ha alcanzado su apogeo en la actualidad, con la virtual supresión del colonialismo. Es la misma época en que la escuela romántica rompe los moldes clásicos en la literatura y en las artes, para liberar al genio auténtico de limitaciones en la búsqueda de la excelencia. Es el mismo período, para sólo citar un ejemplo, en que el naturalista Carlos Darwin, a través de largas investigaciones y observaciones, cambia de un tajo seculares principios científicos, con su teoría sobre el origen y evolución de las especies y la selección natural, que luego Herbert Spencer definió con una frase consagrada: “la supervivencia de los más aptos”.
