Parte de nuestros males proviene de que hay demasiados hombres vergonzosamente ricos o desesperadamente pobres

Abstract

Marguerite Yourcenar, la brillante escritora e investigadora, atribuye a Adriano, hijo de Trajano y emperador de Roma, la lapidaria frase con que se abre el editorial. El endémico mal ha trascendido los tiempos, y pareciera ser que nuestras sociedades modernas, cuyo nivel de riqueza y comfort ha llegado a límites inimaginables, se sientan obligadas a reflexionar sobre una realidad que niega el valor humano de un siglo. El avance de la ciencia y la tecnología en los últimos cincuenta años ha sido de tal magnitud que permitió al hombre hollar la luna, enviar sondas espaciales a diversos planetas de nuestro sistema solar conocido, investigar in situ las características de Marte.